
No sé por qué les extraña. Si Madrazo lleva toda la vida haciendo trampas, ¿por qué no iba a intentar hacer lo mismo en el maratón de Berlín? Lo malo es que, una vez más, demostró ser tan torpe que ni siquiera eso supo hacer bien. No consideró que debió haberse hecho pato al menos durante media hora más para hacer su arribo medianamente creíble. No consideró que en Berlín hay cámaras de seguridad por todas partes. Y tampoco consideró que a los alemanes les tiene sin cuidado saber quién es él o de dónde salió. Qué bueno que le quitaron su medalla, por tramposo, por cínico y por pendejo.
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