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viernes, 6 de abril de 2007

¿Histeria Colectiva?



Ahora resulta que las 600 jovencitas que se enfermaron misteriosamente en Chalco con síntomas como fiebre y distrofia muscular fueron víctimas de "histeria colectiva" y "estrés". Los médicos llegaron a la conclusión porque por un lado no han encontrado la causa del extraño síndrome, y por el otro porque las niñas afectadas se han recuperado rápidamente tras salir de la "Villa de las niñas" y ser internadas para hacerles estudios.



Hace alrededor de una década surgió un caso muy similar en Estados Unidos. Algunos veteranos de la Guerra del Golfo comenzaron a tener síntomas extraños como fatiga crónica, dolores de cabeza, salpullidos, debilidad y otro montón de etcéteras. Los primeros estudios concluyeron que simplemente se trataba de un caso de "estrés", como en el caso de estas niñas. Ahora se sabe que se trata de una enfermedad provocada probablemente por el armamento de uranio empobrecido que tuvieron que manipular, combinado con el coctel de vacunas y repelentes de insectos que les fueron suministrados al llegar a Irak. El supuesto "estrés" fue simplemente una cortina de humo para ocultar una verdad incómoda.

Parece mentira que aunque la ciencia médica supuestamente ha avanzado horrores en los últimos 50 años, los especialistas no siempre estén a la altura de las expectativas de sus pacientes.

Por un lado, cuando los doctores mediocres (eso no significa que todos lo sean) se enfrentan a una situación con la que no están familiarizados, tienden a salirse por la tangente de los prejuicios médicos preconcebidos. ¿El paciente fuma? ha de ser el cigarro, deje de fumar. ¿Es obeso? ah pues entonces el dolor de cabeza ha de ser cosa de la obesidad, póngase a dieta. ¿Es delgado? ha de estar desnutrido, coma mejor. ¿Es adulto mayor? No se preocupe, es cosa de la edad. ¿Se fue de vacaciones? Ya ve, es su culpa por andar comprando ceviches a los ambulantes en la playa, seguramente comió algo que le cayó mal. ¿Ya descarté todo y sigo sin tener idea de qué tiene el paciente? Señor, tiene usted estrés. ¿Cuántos casos de pacientes con enfermedades raras y poco comunes existen, que tuvieron que aguantar años de falsos diagnósticos hasta que algún doctor se percató casi por casualidad de un pequeño detalle que los especialistas anteriores obviaron y que permitió diagnosticar su caso correctamente?

Por otro lado, frecuentemente las instituciones de salud mienten para tratar de cubrirse las espaldas y evitar parecer incompetentes. O mienten por instrucciones superiores, ya sea para "evitar el pánico" o la mayoría de las veces para evitar el descrédito internacional. En una ocasión, tras haberme enfermado de dengue durante un viaje a la huasteca, me sorprendió enterarme desde mi cama de convalescencia que ese año oficialmente no hubo un solo caso registrado de dengue, ni en la zona de la Huasteca, donde lo contraje, ni en la Ciudad de México, donde me lo diagnosticaron. Claro que en ese momento el señor Secretario de Salud estaba presumiendo la eficacia del gobierno en su estrategia para prevenir enfermedades. Y pensar que basado en esos resultados tuvo la desfachatez de postularse para dirigir la Organización Mundial de la Salud, haga usted el favor.

Pero no me hagan caso a mi, recordemos el caso de doña Ernestina Ascención. El primer parte médico dijo que fue violada por via anal. El segundo afirma que murió de una gastritis mal cuidada. Extraño, por decir lo menos. Con esos antecedentes ¿a quién le quieren ver la cara en el caso de las 600 niñas? ¿no será que el parte médico se haya manipulado políticamente para no incomodar a los patrocinadores de ese internado? No sería la primera vez que pasa, ni será la última.

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