
Después del desmadre que se armó tras las elecciones de 2006, las fuerzas políticas sólo se pudieron poner de acuerdo en una cosa, aunque nunca se las he creído: hay que reformar el Estado Mexicano para que eso nunca vuelva a pasar. Así que hablaron y hablaron y los días pasaron y pasaron hasta que finalmente acordaron apoyar la propuesta de Reforma del Estado promovida por Manlio Fabio Beltrones. Pero casualmente, el día que se iba a votar esta ley... los Senadores y Diputados del FAP tomaron por asalto las tribunas de las cámaras con el pretexto de "que no se debe vender PEMEX" cuando ni siquiera se estaba discutiendo ese tema. Qué casualidad, ¿verdad?
¿Quieren otra casualidad? Los que tienen secuestrada la tribuna exigen que la discusión de la reforma energética dure exactamente hasta el 31 de agosto. Si se hubiera aprobado la reforma del Estado, el informe se debería presentar hasta marzo y bastaría con que el presidente hiciera llegar el informe por escrito a la Cámara de Diputados, aún sin acudir físicamente al recinto legislativo. Pero como "casualmente" no se va a poder aprobar esta reforma porque nadie puede usar la tribuna, el presidente va a tener que presentar personalmente su informe en San Lázaro el primero de Septiembre, y sería tonto suponer que el FAP lo va a dejar hacerlo.
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