
Como la revolución cubana en latinoamérica, la revolución en Irán ha inspirado y hasta apoyado abiertamente levantamientos en medio oriente. Actualmente, estos dos regímenes son los principales archienemigos ideológicos de Estados Unidos. La gran diferencia es que, mientras los barbudos cubanos eran socialistas, los barbudos iraníes eran fundamentalistas islámicos.
Tanto odio le tenían los gringos a la República Islámica y a su líder, el Ayatollah Khomeini, por arrebatarles el negocio petrolero, que fueron capaces de imponer a un salvaje como Saddam Hussein en Irak con la esperanza de que ganara la guerra contra Irán. Ya vimos cómo acabó esa historia: El Ayatollah Khomeini murió el 3 de junio de 1989, pero la República Islámica ahí sigue. En cambio Saddam fue derrocado, ridiculizado y ahorcado por sus antiguos aliados gringos.
Tanto odio le tenían los gringos a la República Islámica y a su líder, el Ayatollah Khomeini, por arrebatarles el negocio petrolero, que fueron capaces de imponer a un salvaje como Saddam Hussein en Irak con la esperanza de que ganara la guerra contra Irán. Ya vimos cómo acabó esa historia: El Ayatollah Khomeini murió el 3 de junio de 1989, pero la República Islámica ahí sigue. En cambio Saddam fue derrocado, ridiculizado y ahorcado por sus antiguos aliados gringos.
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