
Hace 40 años terminó una era muy importante en la historia del mundo: Charles de Gaulle renunció, como consecuencia de un desastroso referendum convocado en busca de legitimidad.
Charles de Gaulle fue Presidente de Francia por segunda vez entre 1959 y 1969. A pesar de ser considerado un héroe de la segunda guerra mundial, perdió buena parte de su capital político rápidamente tras conceder la independencia de Argelia en 1962, a pesar de que detuvo con ello los sangrientos atentados terroristas de la guerrilla Argelina. Posteriormente su posición anti-americana y el retiro de Francia de la OTAN le ganó enemistades con nuestro vecino del norte, pero también el respeto de muchos países en el mundo, incluyendo a México, con quien tuvo mucho acercamiento. Sin embargo, internamente la izquierda fue ganando fuerza hasta que el movimiento estudiantil de mayo del 68, sumado a una revuelta obrera, forzó la caida de su primer ministro Georges Pompidou.
El 27 de abril de 1969, Charles de Gaulle convocó a un referendum en busca de legitimidad, sin embargo lo perdió. Así que el 28 presentó su renuncia y se retiró de la política. El 9 de noviembre de 1970, Charles de Gaulle moriría de un aneurisma, dejando sus memorias inconclusas. Sin embargo, la huella de De Gaulle marcó a Francia a un nivel que todavía se siente hasta el día de hoy. El aeropuerto internacional de París, y la plaza donde está el Arco del Triunfo, llevan hoy su nombre. Y todavía hay un movimiento político llamado gaullismo que sigue defendiendo sus ideas.
Ya quisiéramos ver en México a más de un político renunciar a la vida política tras aceptar civilizadamente su derrota en unas elecciones. A lo mejor ahorita hasta tendrían plazas y aeropuertos con su nombre.
El 27 de abril de 1969, Charles de Gaulle convocó a un referendum en busca de legitimidad, sin embargo lo perdió. Así que el 28 presentó su renuncia y se retiró de la política. El 9 de noviembre de 1970, Charles de Gaulle moriría de un aneurisma, dejando sus memorias inconclusas. Sin embargo, la huella de De Gaulle marcó a Francia a un nivel que todavía se siente hasta el día de hoy. El aeropuerto internacional de París, y la plaza donde está el Arco del Triunfo, llevan hoy su nombre. Y todavía hay un movimiento político llamado gaullismo que sigue defendiendo sus ideas.
Ya quisiéramos ver en México a más de un político renunciar a la vida política tras aceptar civilizadamente su derrota en unas elecciones. A lo mejor ahorita hasta tendrían plazas y aeropuertos con su nombre.
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