
No voy a ponerme a discutir sobre si es buena idea o tan siquiera es legal utilizar una pirámide prehispánica como cimientos para un edificio, porque luego me dicen que soy un naco ignorante (después de todo, en Europa, salvo contadas excepciones, no se considera un sacrilegio aprovechar vestigios de construcciones antiguas para construir nuevas). Tampoco voy a ahondar sobre si es o no una buena idea construir una torre precisamente en un lugar donde tanta gente perdió la vida en 1985, atrapada entre los restos de otras torres porque me van a decir retrógrada. Ni mucho menos voy a preguntar por qué todavía nadie nos ha presentado este proyecto en sociedad, para que no digan que soy de esos amargados que a todo le dicen que no. Sólo espero que, si se llega a construir esta torre, de menos esté bien ventilada, porque a falta de elevador y aire acondicionado los últimos pisos van a ostentar el mismo aroma que engalana al metro en hora pico. O dicho de otra manera: Abran las ventanas, porque si no ¡va a oler a león!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario