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lunes, 25 de febrero de 2008

Denuncian a Peligroso Ultrajador

No pierda de vista a este individuo, porque probablemente va a estar saliendo en las noticias durante los próximos días por su reconocida carrera como Ultrajador. El susodicho responde al nombre de Gabriel Huge Córdoba y se ostenta como reportero gráfico del periódico Notiver. Hoy por la mañana tuvo la osadía de ir a cubrir un accidente de tránsito en el que se vieron involucrados Agentes Federales y ponerse a tomar fotos con quién sabe qué oscuros y funestos fines.

Ya lo tenían en la mira... parece que no hace mucho llegó primero a cubrir la nota de la muerte de un narcotraficante durante un peligroso enfrentamiento con las juerzas de la autoridá y se puso a tomar fotos sin permiso, poniendo en evidencia que el narcotraficante en cuestión estaba desarmado y contradiciendo de esta manera la versión oficial de aquel incidente. Eso es sabotaje, señor, y es algo que no puede tolerarse en tiempos en que estamos en plena lucha frontal contra el crimen organizado. La autoridá nunca se equivoca, caballero.

Por eso en esta ocasión los paladines de la justicia no quisieron correr riesgos y decidieron resguardar durante cuatro horas al señor Huge Córdoba en el interior de una patrulla de la policía federal no sólo para prevenir un nuevo intento de sabotaje de este subversivo personaje, sino sobre todo como medida caucionar para garantizar su propia seguridad debido al comportamiento errático que el señor Huge estaba presentando. Si de por si, rodeado de protección policíaca, nadie se explica cómo se las ingenió para darse el solito culatazos de arma larga en la cara y patadas en la espalda, imagínense lo que hubiera podido pasar si no lo hubieran estado protegiendo.

Aquí vemos claramente cómo algunos efectivos conducen amablemente al señor Huge al interior de la patrulla para evitar que se haga daño a sí mismo o a los demás.

Aquí vemos el momento en que los señores autoridá exhortan con derroche de paciencia y alarde de cortesía a la población civil y los medios ahí presentes para que mantengan la calma, evitando así que panda el cúnico.

Sin embargo, parece que el ingrato, a pesar de todas las atenciones brindadas durante todo ese tiempo, tuvo la sangre fría para lesionar a dos agentes del orden en los nudillos utilizando únicamente los pómulos. Dicen que hasta les sacó sangre. Y parece que llegó al extremo de trabar el mecanismo de un rifle de asalto AR-15 moviendo la culata de su posición al estrellarla repetidamente contra su cráneo.

De este modo, viendo lo que es capaz de hacer y temiendo por su integridad física, los agentes federales se vieron obligados a dejar ir al señor Huge Córdoba, gracias también a la presión de sus cómplices mejor conocidos en el bajo mundo del hampa como "periodistas". Sin embargo, inmediatamente se dirigieron a la agencia del ministerio público más cercano y levantaron una denuncia en contra del interfecto por Ultrajes a la Autoridad. Incluso, se rumora extraoficialmente que uno de los denunciantes comentó ante el médico de guardia: "me hizo sentir sucio". Bien ganada se la tiene, el mentado Huge Córdoba. Para que aprendan a respetar.

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