Hay gente que cuando toma es muy simpática. Pero hay personas que nomás no se les da el alipús, y algunas hasta se ponen agresivas, como el transformer de Héctor Suárez. O en el mejor de los casos andan dando pena ajena como este pobre borrachín de Tlapa. No voy a dar nombres ni es por sermonear a nadie, pero si se van a poner así, con todo respeto... mejor únanse al club del agua mineral. De hecho a veces es más divertido porque deja uno de dar de qué hablar para pasar a divertirse con los desfiguros de los demás. Aunque cuando las cosas llegan a salirse de control no puede uno evitar preguntarse ¿a poco yo también soy así cuando ando en el pedo? o en casos extremos ¿qué fregados ando haciendo aquí? Háganme caso: sus neuronas, su hígado y su familia se los agradecerán. Ahora que si no les interesa, pues ni modo... ¡salucita!
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