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lunes, 9 de noviembre de 2009

Die Wende (El Cambio)


Me es difícil recordar un día más esperanzador que el 9 de Noviembre de 1989. Ese jueves (poco antes de las 7 de la noche en Alemania, medio día en México) se interrumpieron las transmisiones de radio y televisión para darnos una noticia que muchos no esperábamos escuchar en el transcurso de nuestras vidas: "Se acaba de abrir la frontera entre las dos Alemanias". Posteriormente pudimos ver en vivo las imágenes de gente atravesando los puntos fronterizos en Berlín, brindando y abrazándose, llorando de alegría.

A partir de ese momento y durante todo ese fin de semana se vieron escenas inolvidables, como la de Soldados de ambos lados llorar abrazándose, gente bailando y brindando con champaña, algunos espontáneos derribando el muro con picos y mazos, otros mejor organizados usando sierras eléctricas y martillos neumáticos, y por supuesto: Msistlav Rostropovich, el más grande virtuoso de Cello de la historia, dándose el gusto de sorprender a los corresponsales internacionales tocando su instrumento mientras el muro caía a su alrededor. Siendo él mismo un refugiado ruso en occidente, probablemente fue uno de los momentos más felices de su vida.

Quienes veíamos estas escenas por televisión tuvimos por un momento la esperanza de que el mundo podía cambiar. Alguien incluso se aventó la puntada de escribir que estábamos presenciando "el fin de la historia". Posteriormente, la liberación de Nelson Mandela en 1990, la caída de la Unión Soviética en 1991 y el nacimiento de la Unión Europea en 1993 parecieron reforzar esta idea: por primera vez en mucho tiempo, parecía que era posible reconstruir un mundo libre y en paz, sin guerras ni odios. Si los Alemanes podían reunificarse a pesar de sus diferencias, si Sudáfrica era capaz de hacer a un lado el Apartheid, si el bloque Soviético podía terminar unilateralmente con la Guerra Fría, si los países Europeos podían hacer a un lado siglos de rencillas para fundar la nación Europea... ¿Por qué no íbamos a poder terminar el resto de nosotros con nuestras diferencias?

Wind of Change - Scorpions (4:49)

Bueno, pues porque desafortunadamente los Seres Humanos somos unas criaturas muy estúpidas. Desde entonces hasta ahora hemos sido testigos de genocidios en Ruanda, Yugoslavia, Somalia y Sudán; así como de los inimaginables ataques terroristas en Nueva York, la Guerra en Afganistán y la Tormenta del Desierto, la situación inhumana que padece la población palestina en la franja de Gaza y los salvajes atentados suicidas contra la población civil Israelí, el violento proceso de Independencia del Timor Oriental, las sangrientas Guerras contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado en Colombia y México, y la construcción de un par de muros que hacen parecer al de Berlín una simple malla de gallinero: el muro en Cisjordania y el de la frontera entre México y Estados Unidos.

¿Tiene remedio la humanidad? No sé cómo, pero quiero creer que sí. Sin embargo me encantaría que días como el 9 de noviembre de 1989 se repitieran más seguido, para que no se nos olvide. Mientras eso sucede, si quieren revivir los eventos del día en que cayó el Muro de Berlín, les recomiendo el Diario de un Muro.

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