
Hasta el momento, los Juegos Olímpicos de Beijing han sido monumentales. Hasta en los errores: esta patalla azul de la muerte de Windows fue proyectada en el techo del estadio en plena inauguración, justo en el momento en que el atleta chino Li Ning se elevaba para encender el pebetero.
La verdad no me fijé en esto durante la transmisión original, pero la imagen no está "fotoshopeada" porque existen fotografías de esta proyección desde varios ángulos. Se confirma de esta forma, una vez más, el Teorema de Murphy extrapolado a Windows: si Windows puede fallar, fallará. Si Windows no puede fallar, también fallará. Sobre todo frente a milones de espectadores.
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