
Sea como sea, Bell era un genio y es el papá de las Telecomunicaciones Modernas, y nadie puede afirmar lo contrario. A los 12 años construyó su primer invento: una descortezadora automática de trigo. Vivía obsesionado con la voz y con el lenguaje, realizando múltiples trabajos sobre el lenguaje y la sordera. Y no sólo patentó el teléfono: a lo largo de su vida recibió 18 patentes individuales, y 14 más con sus colaboradores, entre ellas 14 por el teléfono y telégrafo, cuatro por el fotófono(el invento intentaba transmitir el sonido utilizando un rayo de luz, un precursor de la fibra óptica), una por el fonógrafo, nueve por vehículos aéreos (incluyendo cuatro de hidroplanos) y dos por celdas de selenio. También se acredita a Bell la invención del detector de metales, y haber trabajado en uno de los primeros sistemas de grabación de sonidos conocido, basado en imprimir un campo magnético para reproducir sonidos (La idea fue abandonada al no poderse construir un prototipo; sin embargo, los principios básicos encontrarían aplicaciones prácticas casi un siglo más tarde, en las cintas magnéticas y las computadoras). Por último, los sordos tienen mucho que agradecerle ya que inventó el lenguaje silente y los aparatos para el oido.
Todo esto viene a colación porque Alexander Graham Bell nació en Edimburgo, en Escocia, el 3 de marzo de 1847. Feliz Cumpleaños, señor Bell.
Todo esto viene a colación porque Alexander Graham Bell nació en Edimburgo, en Escocia, el 3 de marzo de 1847. Feliz Cumpleaños, señor Bell.
1 comentario:
ese de la foto es antonio meucci
Publicar un comentario