Cualquier psicólogo podrá decirles que cuando uno se enfrenta ante una pérdida grave, entra en un proceso de duelo. La primera fase es la negación: "no es cierto, esto no está pasando". La siguiente es la ira: "¿por qué me está pasando esto a mi?". Luego sigue la negociación: "Todavía debe de haber algo que se pueda hacer". Después sigue la depresión: "Ya valió madres. No hay nada que hacer" y por último la aceptación: "pus ya qué... son cosas que pasan".Este proceso es más o menos común a todos, donde no importa si la pérdida es la muerte de un ser querido, la perspectiva de la propia muerte (por ejemplo, en enfermos terminales), reprobar un examen final, divorciarse, perder la chamba o ver perder nuevamente a la decepción nacional.
Ésto viene a colación porque en lo que ser refiere a la Economía, el Gobierno Federal parece estar en Duelo: Empezó por la negación, en un proceso que le llevó más o menos un año (es sólo un catarrito, aquí no pasa nada, etc.), luego en menos de una semana y gracias a las declaraciones de Carlitos pasó a la ira (esos catastrofistas sólo asustan irresponsablemente a la población y a las inversiones), y a la negociación (todos estamos obligados a apoyar a México, especialmente los que más han recibido de este maravilloso país). Pero el siguiente paso es el que realmente da miedo. Ojalá que jamás lleguemos al Duelo.
Ésto viene a colación porque en lo que ser refiere a la Economía, el Gobierno Federal parece estar en Duelo: Empezó por la negación, en un proceso que le llevó más o menos un año (es sólo un catarrito, aquí no pasa nada, etc.), luego en menos de una semana y gracias a las declaraciones de Carlitos pasó a la ira (esos catastrofistas sólo asustan irresponsablemente a la población y a las inversiones), y a la negociación (todos estamos obligados a apoyar a México, especialmente los que más han recibido de este maravilloso país). Pero el siguiente paso es el que realmente da miedo. Ojalá que jamás lleguemos al Duelo.
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